Por cierto, aprovecho para comentar aquí que estoy terminando un gran libro sobre programación para los amantes de las viejas computadoras en el que revelo todos mis "algoritmos de computación más preciados". Llevo trabajando más de dos años en el libro y ya os adelanto que tendrá unas 400 páginas y un precio aproximado de 40-50 euros. También os adelanto que la obra será personalizada para el lector, es decir, incluirá sus datos personales y en todo momento me dirigiré a él expresamente por su propio nombre para explicarle y detallarle la metodología de programación empleada en sus más de 60 aplicaciones prácticas. Sólo espero que sea una obra a tener en cuenta y que logre su principal objetivo que no es otro que introducir al lector en la apasionante aventura de la programación de computadoras.
A pesar de que algunos documentos de reconocida rigurosidad científica (Investigación de operaciones - Hamdy A. Taha 1997) reconocen a los generadores electrónicos como puramente aleatorios, quizá basando su criterio en la imposibilidad de duplicar la misma secuencia de números por su impredecibilidad, lo cierto es que algunos investigadores han descubierto que la generación de variables aleatorias mediante métodos electrónicos presentan sesgos y dependencias, es decir, fluctuaciones irregulares en determinados puntos de una serie (The Logic of Statitistical Inference - I. Hacking 1967) tal y como se citaba con anterioridad.
Al hilo de este tema y en relación con los generadores electrónicos de números aleatorios, curiosas investigaciones como el Proyecto de la Conciencia Global - GCP ( www.noosphere.princeton.edu ) podrían llegar a arrojar luces sobre estos generadores aleatorios si los investigadores son capaces de aislar e identificar las variables que provocan dichos sesgos y de qué modo interfieren en el azar, siempre al margen del sensacionalismo que los medios y otros círculos profanos puedan atribuir a este tipo de investigaciones.
A juzgar por el enfoque de ciertos medios e incluso del website oficial, no podemos negar que el proyecto esté impregnado de cierto halo metafísico, pero tampoco debemos precipitarnos en un dictamen carente de fundamento.
Resumen y citas literales del Artículo de Eduardo Martínez del 20 de febrero de 2005 sobre el GCP.
“Una red mundial de generadores de números aleatorios muestra anomalías de funcionamiento cuando se producen acontecimientos que afectan a millones de personas, según un experimento iniciado en 1998 y que hoy tiene presencia en países de todos los continentes. La red se llama The Global Consciousness Project (GCP) y representa el primer esfuerzo internacional para explotar si la atención social que comparten millones de personas cuando ocurren determinados acontecimientos relevantes, puede ser medida y validada científicamente. La red GCP lleva operando desde hace 35 años y tiene presencia en 65 países, desde Alaska a las islas Fidji. Funciona en todos los continentes del globo y en todas las franjas horarias. En ella trabajan 75 investigadores, analistas e ingenieros.
Aunque está alojada oficialmente en la Universidad de Princeton (http://noosphere.princeton.edu/) y muchos de los investigadores participantes forman parte del estrato académico, la red GCP no está financiada por subvenciones universitarias, sino por una serie de patrocinadores. Entre ellos destacan The Princeton Engineering Anomalies Research (http://www.princeton.edu/%7Epear/) y The Linux Documentation Project (http://www.ibiblio.org/mdw/index.html).
The Princeton Engineering Anomalies Research (PEAR) fue creado en 1979 por el decano de la Escuela de Ingeniería y Ciencia Aplicada de la Universidad de Princeton, Robert G. Jahn (http://www.princeton.edu/%7Epear/jahn.html), con la finalidad de estudiar científicamente la interacción entre la conciencia humana y los instrumentos mecánicos y físicos. Entre los artículos explicativos de esta experiencia destaca el publicado por la revista Foundations of Physics Letters (el texto integro ha sido difundido por GCP http://noosphere.princeton.edu/ )
Robert G. Jahn ha dedicado un equipo de ingenieros, físicos, sicólogos y humanistas a desarrollar una serie de experimentos y elaborar modelos teóricos que contribuyan a explicar el papel que juega la conciencia en el establecimiento de la realidad física.
Los generadores funcionan constantemente, generando millones de números y gráficos segundo a segundo, día a día, extraídos del ruido cuántico. La mayoría del tiempo, el gráfico que refleja los resultados de este juego aleatorio se mantiene más o menos en una línea plana, que refleja la probabilidad. Sin embargo, el 6 de septiembre de 1996, cambió, el gráfico subió hacia arriba, registrando un cambio repentino. Los científicos lo achacaron a la atención centrada de millones de personas en el entierro de Diana de Gales en la abadía de Westminster. En otros momentos, importantes acontecimientos sucedidos en el mundo hicieron variar las fluctuaciones aleatorias derivadas de las máquinas GNA: el bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia, la tragedia submarina del Kursk, las vísperas de año nuevo.
Sin embargo, lo más sorprendente estaba aún por llegar. El 11 de septiembre de 2001, cuatro horas antes de que las torres gemelas sufrieran el ataque terrorista de dos aviones suicidas, los gráficos comenzaron a trastocarse, como si la conciencia humana previera que algo terrible, impactante e importante para la comunidad global fuera a suceder.
Las desviaciones registradas el 11S en las pulsiones aleatorias no pueden atribuirse a alteraciones electromagnéticas o excesivo uso de los móviles, tal como explican los protagonistas de esta experiencia en el Journal of Scientific Exploration http://noosphere.princeton.edu/papers/jseNelson.pdf.
En aquel momento, las variaciones en el orden numérico parecieron un fruto del mero azar, pero en diciembre de 2004, las máquinas parecieron volverse locas de nuevo. Veinticuatro horas antes de que sucediera el inmenso terremoto del Océano Índico que tanto afectara al Asia suroriental, devastando las costas y matando a 250 mil personas, los gráficos se trastocaron de nuevo.
Algunos científicos insisten en que todo puede ser casualidad, a pesar de que el equipo de Princeton señala que es muy difícil cambiar el orden aleatorio de los números al azar, sin que haya causa de peso para ello.
La investigación, aunque tiene ya 35 años, está todavía en sus primeros pasos y no puede considerarse concluyente, si bien sugiere que una relación todavía desconocida para la ciencia existe entre el mundo físico y el mundo de la conciencia.
El dr. Nelson, miembro del euqipo de Princeton, en declaraciones a RedNova (http://www.rednova.com/news/display/?id=126649 ) señala sin embargo que la importancia de los resultados registrados en los gráficos radicaría en que, a pesar de que todos funcionemos como individuos, parece ser que hay algo mayor, un elemento común en nuestras conciencias, un elemento global, si bien cuando se habla de conciencia global se trata únicamente de una metáfora.
Eduardo Martínez del 20 de febrero de 2005
Cuando oí hablar por primera vez del G.C.P. (www.noosphere.princeton.edu ) me interesé rápidamente por conocer los entresijos de este proyecto así como la metodología y sistema empleado en la obtención de las variables aleatorias objeto del estudio. En una primera reflexión lógica con la escasa información disponible y apoyado en mi experiencia con el azar y de las computadoras adquirida en el desarrollo de mi programa SIMULA ( comentado en el capítulo anterior), por la falta de datos pude deducir únicamente que no podía tratarse de generadores pseudoaleatorios (basados en algoritmos determinísticos) sino que debía tratarse de generadores electrónicos, hecho que pude corroborar con posterioridad en la web oficial y en otros artículos relativos al proyecto.
Al profundizar un poco más en el asunto y tras la búsqueda en La Red y lectura de varios artículos que versaban sobre el tema, tuve la percepción de que parecía no tratarse de un grupo de astrólogos en busca de la combinación ganadora del sorteo de la próxima semana y, pese a que debo confesar cierto escepticismo sobre el enfoque a priori, también he de confesarles que el proyecto despertó en mí un especial interés por abrazar el siempre apasionate mundo de la aleatoriedad. Es por ello que quiero expresar algunas objeciones al respecto.
Para introducir al incrédulo absoluto en la saludable duda les contaré algo acerca del cerebro humano y sus frecuencias de trabajo.
El cerebro funciona a distintas frecuencias dependiendo de su estado. Aunque coexisten varias frecuencias en un mismo estado, normalmente se asocia el estado mental a la frecuencia predominante. En la tabla siguiente se da una breve explicación de las distintas frecuencias y su estado asociado:
ONDA FRECUENCIA hz (*) ESTADO
Beta 13-40 Despierto, alerta. Es el estado normal de funcionamiento consciente.
Las frecuencias más elevadas son asociadas a estados de stress y ansiedad.
Las frecuencias más elevadas son asociadas a estados de stress y ansiedad.
Alfa 7-13 Estado relajación, concentración, super aprendizaje.
Theta 3.5-7 Relajación prfunda hipnosis.
Delta 0-3.5 Sueño profundo inconsciencia.
(*) No existen unos límites claros entre unas frecuencias y otras. La clasificación dada es comúnmente aceptada, aunque los límites de frecuencias pueden variar de unos autores a otros http://www.brainled.tk
La expectación, la inquietud, la ansiedad y el nerviosismo son estados que, de forma demostrada, pueden producir variaciones en la frecuencia cerebral pasando de los 7-13 hz propios de un estado de relajación y concentración a registros que pueden rebasar en ocasiones los 40 hz. Las frecuencias altas también se caracterizan por su bajo voltaje (menor recorrido en la oscilación gráfica del electro encéfalo grama EGG) frente a las frecuencias bajas o de alto voltaje.
También es sabido que es posible alterar la frecuencia predominante del cerebro mediante inducción. Este sistema es el utilizado por curiosos trabajos como www.brainled.tk en el que mediante un software y unos auriculares convencionales se aplican sonidos de diferente frecuencia a cada oído, consiguiendo que el cerebro se ajuste por interpolación a la frecuencia intermedia de ambas señales.
Tampoco deberíamos obviar la característica del aire como elemento continuo (carente de vacío) y a través del cual se vienen desarrollando continuamente nuevos sistemas de comunicaciones de señales que aprovechan las cualidades de este medio. Con esto, no pretendo convecerles de que todos los humanos disponen en su cerebro de un dispositivo bluetooth formando una malla de conexión global, ni mucho menos, pero en investigación creo que es importante no descartar posibilidades por extrañas que puedan resultarnos si consideramos que pueden estar sustentadas en un fundamento lógico por muy leve que sea nuestra intuición.
A mi juicio, y sin descartar la investigación basada en la asociación a eventos significativos de ámbito global, podríamos establecer una clara línea de análisis en la búsqueda de posibles variables potenciales con capacidad de provocar sesgos e irregularidades manifiestas en la secuencia aleatoria sometiendo a los GNA’s a una batería de pruebas. A tal efecto, se me ocurre que podríamos enumerar grosso modo posibles factores determinantes en la influencia de fluctuaciones y a los que debería de someterse de forma prioritaria a estos generadores:
- Colapso en vías de comunicación: satélite, telefonía fija y móvil, radiofrecuencia, diferentes combinaciones de éstas.
- Alteraciones en campo magnético terrestre producidos por desplazamiento de placas tectónicas, terremotos, etc.
- Alteraciones climatológicas bruscas: tormentas eléctricas, huracanes, radiación solar, variaciones significantes de parámetros climáticos (temperatura, humedad relativa, etc.)
- Alteraciones anímicas colectivas provocadas (ansiedad, inquietud, miedo, stress, etc) mediante simulacros sin conocimiento previo por parte de los sujetos experimentales, efectuándose en grupos diversos y bajo diferentes condiciones.
- Pruebas experimentales de tipo térmicas sometiendo los generadores a temperaturas extremas así como a ciclos.
- Proyección constante e intermitente de sonidos de diferentes frecuencias sobre los generadores a diferentes intensidades
- También deberían evaluarse por separado y de forma simultánea generadores aislados al vacío frente a otros sin aislamiento.
En definitiva, se trataría de someter a los GNAs a una batería de pruebas para lograr aislar las variables implicadas en las fluctuaciones.
Acerca del GCP, con la escasa información que he podido recopilar y aprovechando el descubrimiento en La Red de este potente compilador (FreeBasic32) gracias a un viejo amigo, he desarrollado una pequeña aplicación que podría destinarse al análisis continuo del muestreo aleatorio de los GNAs. Su nombre es pcgNORM. El programa simula de forma continua un muestreo aleatorio de 200 bits (ceros ó unos) por segundo emitidos por un GNA (generador de números aleatorios), pero que en realidad son generados de forma pseudoaleatoria, y elaborando una serie de pruebas básicas encaminadas a la detección de posibles sesgos e irregularidades, como son la representación gráfica de los resultados y el análisis de desviaciones medias en ventanas de 5 y 15 minutos.
El programa utiliza un algoritmo determinístico (el integrado en el propio compilador), por lo que difícilmente podremos dedicarlo a la investigación de los generadores aleatorios electrónicos mientras no pueda hacerme con el esquema de un GNA auténtico. Por ello, y al objeto de poder observar un sesgo en la generación aleatoria, he desarrollado una versión modificada denominada pcgSIM (igualmente disponible en la web) en la que se produce una fluctuación irregular provocada hacia el cero o el uno de forma indistinta y en cualquier momento a lo largo de cada ciclo de 12 horas.
http://inicia.es/de/elpatron/hipotesis/img/pcgSIM.gif
Programa TEST-PGCSIM compilado para plataformas Windows 32 bits (9x/ME/NT/2000/XP) en el que se muestra y una fluctuación provocada en la generación de bits aleatorios. Ejecutable en:
http://inicia.es/de/elpatron/hipotesis/pcgNORM.exe(versión normal)
http://inicia.es/de/elpatron/hipotesis/pcgSIM.exe
(versión modificada en la que se producen sesgos provocados como el de la imagen).
Para ejecutar directamente seleccione ABRIR en el cuadro de diálogo que le muestre el sistema al hacer click! Sobre el enlace |
CONCLUSIONES DEL AUTOR
Mi conclusión es determinante y en parte determinista, en ella caben y se fusionan dos niveles conceptuales definidos y delimitados pero interconectados de forma subyacente.
1.- En un primer nivel conceptual, enmarcado en el plano filosófico, el azar puro como concepto teórico no existe, es más un invento del ser humano, una especie de cajón desastre donde encajar todos los sucesos que escapan de su control y de un análisis determinista en el que todas las variables implicadas puedan ser identificadas, calibradas e interpretadas de forma tangible y objetiva. Así, mi reflexión, como en otras muchas ocasiones, vuelve a conducirme hasta el mismo punto, principio básico universal de la ciencia “Todo efecto posee una causa natural que lo provoca”, un enunciado sobre el que recae, al menos para mí, el sentido absoluto de la existencia.
2.- Sin embargo, y situados ahora en el plano meramente práctico y material, aunque sólo sea de forma objetiva lanzando un dado o una moneda al aire. Estos procesos aparentemente simples encierran una complejidad tal que nos permiten afirmar que en dicho tipo de sucesos, por el número y tipo de variables implicadas, la predecibilidad de los resultados escapan de forma absoluta a cualquier tipo de control y estudio, accediendo de este modo, al menos en un plano objetivo, práctico, matemático y material, a un azar “puro” contextualizado, es decir, en el marco de su propio contexto.
Podemos afirmar que matemáticamente, en la mayoría de las situaciones, resulta posible “emular” el azar y prueba de ello es que experimentos como los descritos con anterioridad funcionan de forma convincente y parecen ajustarse con fidelidad a los dictados de las leyes de la probabilidad, pero el azar continuará siendo apasionante y retorcido. Podremos acercarnos a él recurriendo a ingeniosas fórmulas pero tal vez jamás consigamos alcanzar su plenitud.